Los implantes dentales son aditamentos protésicos, creados para sustituir dientes ausentes o perdidos por cualquier causa, capaces de integrarse con el tejido óseo hasta el punto de convivir de forma sana y totalmente natural con el resto de estructuras de la boca.
Actualmente están fabricados, preferente de titanio químicamente puro, material que ha demostrado ser totalmente biocompatible, bioinerte, estable, con capacidad de integrarse con el hueso y tener muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos. Tras su colocación dentro del hueso maxilar o de la mandíbula sirven para que, una vez integrados, den soporte a los nuevos dientes artificiales que irán unidos a ellos.
Este tipo de tratamiento está indicado en casos de:
- Reposición de uno o varios dientes con prótesis totalmente fijas, evitando dañar los dientes naturales del paciente.
- Obtener anclajes para prótesis dentales móviles, aportando la estabilidad necesaria para dar confort y seguridad como si fuesen prótesis fijas.
- Posibilitar anclajes que permitan realizar otros tratamientos ortodónticos u ortopédicos que de otra forma sería imposible realizar.
Plasma rico en factores de crecimiento
La medicina regenerativa tiene como objetivo utilizar los recursos propios de nuestro organismo para regenerar tejidos y recuperar funciones dañadas. En esta línea se ha desarrollado la utilización terapéutica del plasma rico en factores de crecimiento en diferentes especialidades médicas como la odontología, medicina deportiva y medicina estética entre otras.
Hoy en día es posible potenciar la capacidad del cuerpo humano para curarse a sí mismo. A través de la técnica del plasma rico en factores de crecimiento es posible aislar, concentrar y extraer de la sangre proteínas que desempeñan una función esencial en los procesos de regeneración de los tejidos. Todos estos factores de crecimiento obtenidos del propio individuo, son autólogos, no tóxicos, no inmunogénicos, y poseen gran capacidad regenerativa.
Esta técnica, avalada por los resultados exitosos, publicados en más de un centenar de artículos científicos en revistas especializadas, presenta gran variedad de beneficios entre los que destacan: estimular el proceso de cicatrización, acelera la integración del implante al hueso, disminuye la inflamación y el dolor, mejora el post operatorio y salud de los tejidos afectados, reduce el riesgo de complicaciones postquirúrgicas.
Para poder realizar la técnica de plasma rico en factores de crecimiento únicamente se realiza la extracción de una pequeña cantidad de sangre del brazo del paciente y se centrifuga con el objetivo de individualizar sus tres componentes básicos por gradiente de densidades. Estos mecanismos utilizan sólo de 45 a 110 ml de sangre autóloga (del propio paciente) en un sistema cerrado estéril, consiguiendo así de 6 a 12 ml de pasma rico en factores de crecimiento que se separa mediante aspiración para su posterior activación y uso en la zona a tratar.